No deberíamos decir las cosas que queremos decir.
Existe un enorme catalogo de prescripciones, de acciones a seguir, de medicinas, de reglas, de doctores.
Ubicar alguna malformación. Te pondrás un rótulo en la frente para que puedas intentar corregirte. Pero la normalidad no existe ya lo sabíamos. La sanidad no existe, también lo sabíamos. Solo existen como entidades abstractas, como conceptos de máxima, como supresión de particularidades, como extrapolaciones. Son lugares a donde ir pero donde no se puede llegar nunca. No hay que ir.
La locura es la negación de la lucidez, de la actividad práctica instrumental (de fines a medios o de planificación correcta). Todo lo que hay es prescriptivo, lo dado es prescriptivo, lo que habrá será prescriptivo.
Ausencia de método.
Curar es ordenar el armario, ubicar los cajones donde deberían ir, no donde van. El lugar donde van es nuestro lugar. Desorden. Fuera del orden.
El triunfo de lo homogéneo por sobre lo plural.
Lo terriblemente normal.
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